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domingo, 7 de noviembre de 2010

Pushkar

Llegar a esta ciudad supone un cambio cualitativo en cuanto a tranquilidad se refiere. Aqui si dices no, la gente (quien+ quien -) desiste y se va. Pese a tener unos 50000 habitantes, se respira una tranquilidad tipica de un pequeño pueblo.

Nuestro albergue es muy tranquilo y ahi hemos quedado con dos canadienses que conocio mi prima en su viaje en solitario. Uno es Mikel: Juvilado, era director de colegio y ahora esta estudiando para ser actor, dice que ahora hace lo que quiere! El otro es Jack: hijo del amigo de Mikel, tiene 22 años y quiere hacer medicina para ayudar a la gente, pero exijen una prueva muy dificil y debido a un desencanto amoroso no se ve capaz y se embarca en este viaje.

Ambos encantadores, vamos con ellos a pasear por el pueblo y hablamos sobre muchos temas, vemos la puesta del sol a la oriya del pantano sagrado escuchando instrumentos de percusion. La imagen es alucinante. Cenamos y pronto a dormir (todos los dias acabamos agotados).

Desayunamos y yo me pego una ducha con la ayuda de un cubo porque no hay suficiente presion de agua como para que salga de la alcachofa y el grifo me queda muy bajo! Vamos a ver el templo y el lugar donde en unos dias se celebra la feria de camellos y algunos ya han empezado a llegar. A las 12:30 tenemos cita con el reflexologo para darnos un masaje en los pies. Era mi primera experiencia en esto de los masajes y resulto no ser un masaje sino un curandero que mas que masajear, utilizaba aparatos de tortura en los pies para curar los males. No me dio mucho gusto!

Por la tarde si fuimos a un masaje aiurvedico de cuerpo entero y nos dejo llenos de aceite y preparados para un viaje de dos dias hacia el sur, direccion las playas de Goa, con una parada de 3 horas en Bombay para cambiar de tren a autobus, y es aqui donde me encuentro escribiendo en mi cuaderno, direccion Goa, donde dentro de unos dias se despedira mi prima y empezare mi camino en solitario.






















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